domingo, 19 de junio de 2011

Sindicalistas por el 15-M - Manifiesto de apoyo al movimiento 15-M‏

Ya está en la red el manifiesto de sindicalistas por el 15m dirigido a los militantes de CCOO. Es una manifiesto plural donde han convergido gentes del PCE y del sector crítico, gentes de Izquierda Anticapitalista y compañeros de otros sectores de ccoo (cercanos por ejemplo al sector de Rodolfo Benito). Tiene la virtud de centrar el debate donde le interesa al sindicalismo combativo, en la calle. Por tanto es una iniciativa que conecta directamente con aquella que lanzamos-no en nuestro nombre-con el acuerdo de pensiones donde se hacía hincapié en modificar la correlación de fuerzas saliendo de la lógica de los pactos, centrándose en la movilización. Ahora es importante que el movimiento sindical puede establecer puentes con las generaciones indignadas para dar una salida distinta a la crisis desde abajo.
Os dejamos el enlace del blog, con más información
http://tomemoslacalletambien.blogspot.com/
El correo donde enviar las adhesiones: sindicalistasporel15m@gmail.com

Un saludo combativo.

P.D.: Si estás de acuerdo con esta iniciativa te animamos a reenviar este correo entre tus contactos afiliados a CCOO y personas allegadas e interesadas en el mundo sindical. Gracias.

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Manifiesto
"Tomemos la calle nosotr@s también; sindicalistas por el 15-M"
A la dirección confederal y a la afiliación
Sindicalistas de esta organización, las Comisiones Obreras, vivimos con renovada ilusión el despertar de los movimientos de masas. Los movimientos que impulsaron a nuestra organización y le permitieron ser lo que fue, irrumpen de nuevo en la escena pública para reclamar lo que son aspectos irrenunciables de nuestra lucha sindical y sociopolítica diaria. El movimiento 15-m nos muestra la indignación y el hartazgo de cientos de miles de personas con la situación actual. Se alimenta además de un efecto de contagio social, también internacional, que enciende la mecha de la protesta y la rebeldía entre una miríada de sujetos excluidos y explotados por el actual sistema de cosas. Una sensación que, sin lugar a dudas, compartimos y con la que simpatizamos.
Asistimos con satisfacción a un movimiento que toma las calles, tras mucho tiempo de sequía de movimientos de ciudadanía con una orientación por el cambio, con una asistencia masiva, activa y continuada. Un movimiento que experimenta y madura métodos de autoorganización y trabajo democrático participativo, elaborando en asambleas y comisiones de trabajo un elenco de propuestas e iniciativas de transformación que sin duda han hecho cuestionar diferentes aspectos del sistema político, económico y laboral. Con ello, han practicado un mecanismo de participación que ha generado experiencias de empoderamiento a personas de todas las edades, aunque sin duda la juventud y la condición obrera del movimiento caracterizan su identidad. Se ha incorporado una nueva generación a las luchas sociales, y un amplio grupo de trabajadoras y trabajadores, de jóvenes sin casa, de personas endeudadas y paradas. Se ha abierto una brecha por la regeneración democrática que, en la forma que se ha gestado, muestra las carencias del sistema electoral existente, ocasionando un sinfín de vivencias que marcarán la impronta política de muchísima gente. En este presente se está escribiendo el futuro. Y no podemos dejar pasar el tren.
Sin ningún género de dudas, aparte de la exigencia de un cambio del sistema electoral, de la denuncia de la corrupción política, asociada al abuso de los actores financieros y empresariales que manipulan el sistema de decisiones político, la indignación está asociada a la ofensiva neoliberal desatada, en forma de ataques a derechos sociales históricos. Algunos sectores del movimiento reivindican  la derogación de las reformas laborales regresivas, la mejora del sistema público de pensiones, la defensa de lo público y la recuperación de la banca pública, bajo control social y democrático, una reforma fiscal progresiva, o incluso más allá, la reducción del tiempo de trabajo y el reparto de todo el trabajo y los empleos o el desarrollo de una economía al servicio de las necesidades sociales. Todas estas reclamaciones, que hemos estado defendiendo en un contexto desfavorable de correlación de fuerzas, ahora cobran nuevo impulso porque puede estar produciéndose un cambio social que favorezca un nuevo ciclo de recuperación de las ideas de la izquierda y la posibilidad de nuevas conquistas sociolaborales.
El movimiento 15-m es y puede ser muchas cosas. Si bien los que aquí participan no son nuestros este movimiento es de los nuestros. Es un movimiento que debemos apoyar, acompañar, y con el que debemos colaborar, sin ninguna tentación de arrogarnos y apropiarnos nada. Si no lo hacemos puede perder vigor o capacidad de continuación, y será duramente reprimido u olvidado. Es ahora o nunca cuando debemos mostrar nuestro inequívoco compromiso de participación solidaria.
Los sindicatos hemos de asumir nuestra responsabilidad respecto a la situación en la que nos encontramos. No hemos sido eficaces en la lucha contra la precariedad, no hemos priorizado el trabajo con los jóvenes y nuestra práctica sindical no ha facilitado la participación. Además, el pacto social firmado meses atrás ha supuesto una brecha entre nuestro sindicato y la generación que, en gran parte, es protagonista del 15M.  Una brecha difícil de soldar. Establecer los puentes necesarios entre el movimiento obrero y el 15M, para dar una salida social amplia desde abajo a la crisis frente a los ataques neoliberales, será posible mediante una reflexión profunda en CCOO, que conlleve  una rectificación en la orientación sindical, pero también en los métodos de participación en el seno del sindicato.  L@s abajo firmantes reclamamos a nuestra dirección que, en línea con el manifiesto de impulso recientemente publicado, al calor de este movimiento, declare su solidaridad expresa con el movimiento 15-m, y llame a la participación en él, respetando los parámetros de funcionamiento con el que se rige, y contribuyendo con las fuerzas del movimiento obrero a la construcción de un sujeto sociopolítico capaz de enfrentar los conflictos y las crisis que la ciudadanía y la clase trabajadora está sufriendo, para que se superen de manera favorable a sus intereses.

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