lunes, 30 de julio de 2012

MIRAD CÓMO ESTÁN DE CRECIDOS....


"Un tiro por cada diente nuestra existencia reclama"
(Miguel Hernández)
                                                                     
He recibido este artículo de Salvador Sostres, columnista de El Mundo acompañado de un llamamiento a un boicot a dicho periódico. Desde luego, si alguien entre nosotros tiene entre sus actividades leer -no digo ya comprar- dicho engendro, tiene que hacerse revisar el cráneo. El susodicho, un golfo que rivaliza con Jiménez Losantos - otro que tal - en ver quien es más provocativo, aboga por eliminar el 40% de los funcionarios (es decir despedir a 1.200.000 empleados públicos) porque ni los médicos ni los maestros tienen por qué ser funcionarios. Apuesta también por eliminar a las Autonomías. Los pardillos y pardillas no deberíais de perder de vista que, en nuestro país, el Estado de Bienestar, es decir, la Salud, la Educación y la Vivienda está vinculado constitucionalmente, ya que tienen transferidos el 100% de las competencias, a las Comunidades Autónomas; otra cosa es que soporten el 50% del gasto social y sólo una capacidad recaudatoria del 20-30%, de ahí su escaso margen de maniobra. Las pagas, dice, tienen que suprimirse para siempre porque "nadie tiene que recibir nada extra por realizar bien su trabajo". La prestación por desempleo sólo tendría que abonarse "uno o dos meses para parar el golpe". Hay que eliminar también, según él, el concepto de vacaciones pagadas para que "nadie vuelva a creer nunca más que va a cobrar sin trabajar. (El muy hijo de puta ignora por lo visto que el problema es al contrario: que mucha gente no cobra por el trabajo realizado y que el FOGASA ha reducido la cobertura en un 30% en el último recorte). Finalmente, para variar, arroja los últimos restos de baba y espuma que le quedan contra los partidos políticos y los sindicatos. Lógicamente, ni una palabra sobre los privilegios de la iglesia y la monarquía…. Se trata, dice finalmente, "de alzarnos y de alargar los dedos hasta tocar la cara de Dios". Seguramente llegará el día en que la gente, efectivamente se alce y no alargará precisamente los dedos, sino el puño y no para tocar precisamente la cara de Dios.
Os vuelvo a recordar el nombre: Salvador Sostres.

Aniceto Muñoz





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