Al concurso de licitación para la explotación solo se presentó una
empresa, que no ha sido capaz de acreditar los documentos y requisitos
que se le han reclamado a pesar de haber tenido una prórroga por valor
de diez días.
Los trabajadores de la cafetería ubicada frente a la biblioteca de la
Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, que fue objeto de cierre
patronal por parte de la anterior empresa concesionaria, se reunirán la
próxima semana con la Gerencia de la sede académica para buscar una
salida al conflicto que mantiene el negocio cerrado. Y es que, según ha
explicado la delegada sindical de CCOO, Rocío Sierra, al concurso de
licitación para la explotación de este servicio solo se presentó una
empresa, que no ha sido capaz de acreditar los documentos y requisitos
que se le han reclamado a pesar de habérsele concedido una prórroga por
valor de diez días, ya finalizada.
Por ello, explica Sierra, el concurso ha quedado desierto. No obstante, los afectados se congratulan de la "buena disposición" del rector, Vicente Guzmán, a poder estudiar el pliego y plantear la posibilidad de mejorarlo. Por su parte, fuentes de la sede universitaria han confirmado a Europa Press que aún no hay resolución definitiva al respecto.
La licitación, por un canon mínimo de 6.050 euros anuales, pagaderos mensualmente a razón de cuotas de poco más de quinientos euros, contaba con unas condiciones según las cuales el contratista debe contar con solvencia económica y financiera, así como técnica y profesional; no se exigía garantía provisional. Los pliegos incluyen la subrogación del personal que hasta su cierre venía desempeñando su labor en dicho negocio, y que había comenzado el reparto de octavillas y la recogida de firmas para instar a que el proceso se tramitara con mayor rapidez.
Los trabajadores que desempeñaban su labor en este establecimiento barajaron alternativas como la creación de una cooperativa entre los propios empleados como modo de reflotar el negocio, si bien "tras hacer números las cuentas no salen", según los mismos, que constataron que esta fórmula no podría prosperar "debido a la gran deuda existente con la Seguridad Social y al hecho de que el anterior empresario se llevó maquinaria que hay que reemplazar". La UPO, por otra parte, apuntó a su intención de mediar con la empresa que regentaba la cafetería con el fin de tratar de que la situación de los empleados no se vea "lesionada". El rector, Vicente Guzmán, indicó entonces a Europa Press que "vamos a intentar una solución, porque no tenemos responsabilidad real, pero sí moral".
Por ello, explica Sierra, el concurso ha quedado desierto. No obstante, los afectados se congratulan de la "buena disposición" del rector, Vicente Guzmán, a poder estudiar el pliego y plantear la posibilidad de mejorarlo. Por su parte, fuentes de la sede universitaria han confirmado a Europa Press que aún no hay resolución definitiva al respecto.
La licitación, por un canon mínimo de 6.050 euros anuales, pagaderos mensualmente a razón de cuotas de poco más de quinientos euros, contaba con unas condiciones según las cuales el contratista debe contar con solvencia económica y financiera, así como técnica y profesional; no se exigía garantía provisional. Los pliegos incluyen la subrogación del personal que hasta su cierre venía desempeñando su labor en dicho negocio, y que había comenzado el reparto de octavillas y la recogida de firmas para instar a que el proceso se tramitara con mayor rapidez.
Los trabajadores que desempeñaban su labor en este establecimiento barajaron alternativas como la creación de una cooperativa entre los propios empleados como modo de reflotar el negocio, si bien "tras hacer números las cuentas no salen", según los mismos, que constataron que esta fórmula no podría prosperar "debido a la gran deuda existente con la Seguridad Social y al hecho de que el anterior empresario se llevó maquinaria que hay que reemplazar". La UPO, por otra parte, apuntó a su intención de mediar con la empresa que regentaba la cafetería con el fin de tratar de que la situación de los empleados no se vea "lesionada". El rector, Vicente Guzmán, indicó entonces a Europa Press que "vamos a intentar una solución, porque no tenemos responsabilidad real, pero sí moral".
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